Para otros usos de este término, véase
Lynx.
Todas las especies habitan exclusivamente en el
Hemisferio Norte, en
Eurasia y
Norteamérica (de donde parecen ser originarios). El llamado
lince africano (
Caracal caracal), que habita en
África y gran parte de
Asia Central y Occidental, es en realidad un felino escasamente emparentado que guarda algunas semejanzas externas con los representantes del género
Lynx fruto de la
convergencia evolutiva, como son su cola, excepcionalmente corta (poco más que un simple muñón), y sus grandes orejas, coronadas por largos penachos de pelo negro en la punta que sirven para incrementar su ya de por sí gran audición. También existen unos característicos mechones de pelo largo en las mejillas.
Se han descrito las siguientes especies:
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Características[editar]
El pelaje posee diferentes tonalidades según la especie y la subespecie de la que se trate. Los linces canadiense y euroasiático oscilan entre el pardo y el amarillento, desarrollando un pelaje más largo y grisáceo en invierno. El lince ibérico es de color pardo mientras que el lince rojo, como su nombre indica, posee un manto pardo-rojizo. Las cuatro especies poseen manchas y rayas cuya densidad varía según los individuos. La especie más grande es la euroasiática, que puede llegar a alcanzar los 30
kg de peso, y la más pequeña la ibérica, que raramente llega a los 20 kg.
Según parecen indicar los estudios paleontológicos y genéticos los antecesores del grupo divergieron hace 6 millones de años en regiones de América del Norte extendiéndose posteriormente por toda Eurasia. No está del todo clara la situación filogenética de las cuatro especies del género siendo una de las hipótesis más aceptada aquella que postula que el antepasado de las cuatro especies sería la especie fósil denominada
Lynx issiodorensis descubierta por primera vez en China.
Lynx rufus se habría separado tempranamente de la raíz del grupo mientras que las otras tres especies aparecieron hace 1.6 millones de años.
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Historia natural[editar]
Se trata de animales preferentemente forestales. El lince ibérico habita en bosques de tipo mediterráneo, mientras que el euroasiático y el canadiense alternan los de coníferas y hoja caduca. También pueden habitar en zonas más despejadas, como la
tundra. El lince rojo es común tanto en bosques como en las grandes llanuras y áreas de matorral del centro y oeste de Norteamérica. Las presas más comunes son los
lagomorfos y
roedores de cierto tamaño, a las que se añaden de forma más ocasional
aves y
ungulados de pequeño tamaño, como
corzos y crías de
ciervos y
muflones. Los pequeños
carnívoros, entre los que se incluye el
gato montés, tampoco escapan a su depredación.
Estado de conservación[editar]
El estado en que se encuentra cada una de las cuatro especies de linces es tremendamente variable. El lince rojo, el eurasiático y el canadiense presentan números bastante altos y distribuciones amplias, mientras que el lince ibérico, por el contrario, es el felino más amenazado del planeta y el único listado en la Categoría 1 de la Lista Roja de Especies de la
IUCN. La población del lince ibérico se reduce a apenas 404 ejemplares, repartidos en pequeñas áreas del suroeste de la Península Ibérica (en tiempos históricos llegaba a los
Pirineos) entre las que destacan el
Coto de Doñana y Sierra Morena. A pesar de los recientes éxitos del programa de cría en cautividad llevado a cabo en
España, la especie todavía sigue en declive por culpa de los atropellos en las vías públicas, la destrucción de su hábitat y la escasez creciente de su base alimenticia, el
conejo europeo, debida fundamentalmente a la
mixomatosis. También se producen muertes cuando los animales quedan atrapados en trampas para conejos e incluso al ser cazados por furtivos aunque, por fortuna, esto último va remitiendo gracias a la cada vez más estrecha protección gubernamental.
El grado de amenaza de otras especies se torna desigual cuando se comparan subespecies o poblaciones entre sí. Así, por ejemplo, mientras que el lince eurasiático se considera abundante en términos relativos y las subespecies
siberianas y de
Extremo Oriente cuentan con miles de ejemplares, su presencia en
Europa,
Oriente Medio y el
Himalaya se ha vuelto rara, hasta el punto de que ha desaparecido por completo de numerosas regiones. Las principales amenazas para este animal son la destrucción de su hábitat y la caza, tanto deportiva como para explotar comercialmente sus pieles. En la actualidad, prácticamente todos los países europeos, con escasas excepciones como
Bielorrusia y
Ucrania, han prohibido la caza de este animal o la han restringido de alguna manera. Así mismo, se ha logrado reintroducir la especie en
Alemania,
Austria y
Francia con éxito.
Menos amenazados (y no incluidos en la Lista Roja bajo ninguna variante) son el lince del
Canadá y el lince rojo. El primero es notablemente abundante en Canadá y algunas zonas de
Estados Unidos, como
Alaska,
Montana,
Idaho y
Washington; sin embargo, la sobrecaza lo ha convertido en una rareza en otros estados como
Utah,
Minnesota y
Nueva Inglaterra, razón por la cual recibe protección del gobierno estadounidense. El lince rojo, la especie más adaptable al impacto de la actividad humana, continúa siendo abundante en el sureste de Canadá y gran parte de Estados Unidos y
México, incluso en aquellas zonas donde el lince canadiense no ha podido soportarla y se ha extinguido. Aun así, existen algunas regiones de la Costa Este y el Medio Oeste americano donde se ha documentado su desaparición a causa del reemplazamiento del medio natural por grandes extensiones de cultivo y polígonos industriales.